Turismo enológico y patrimonio se unen en Zaragoza, Capital Mundial de la Garnacha 2025

Zaragoza ofrece escapadas temáticas con rutas de vino, catas y experiencias culturales únicas

Zaragoza impulsa en 2025 una propuesta turística que conjuga su patrimonio vinícola con experiencias culturales, gastronómicas y de ocio. Bajo el sello de Capital Mundial de la Garnacha, la ciudad y su fascinante entorno se presentan como un destino atractivo y accesible, con rutas organizadas, catas urbanas y un innovador viñedo en pleno centro histórico. Esta designación ha dado lugar a una oferta que combina escapadas de fin de semana, catas en bodegas, experiencias gastronómicas y rutas culturales, todo ello con el vino como hilo conductor. A través de este proyecto, la ciudad busca atraer al visitante que valora la autenticidad de la experiencia local, así como la accesibilidad del entorno rural. La provincia cuenta con 18.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, con tres Denominaciones de Origen: Campo de Borja, Calatayud y Cariñena, las cuales articulan un programa de escapadas con carácter mensual desde la capital, con transporte público incluido, visitas a bodegas de referencia, gastronomía local y actividades complementarias como talleres de cerámica o visitas a yacimientos arqueológicos.

Viñedos en Campo de Borja, una de las tres Denominaciones de Origen de la provincia de Zaragoza
Viñedos en Campo de Borja, una de las tres Denominaciones de Origen de la provincia de Zaragoza © Shutterstock

Otro de los puntos más innovadores de esta estrategia es el llamado “Jardín de la Garnacha”, un viñedo de 820 metros cuadrados, con cepas representativas de las tres D.O., que ha sido plantado en el Parque de Macanaz, junto al Ebro, integrando patrimonio vitivinícola con entorno urbano. Además del vino, Zaragoza propone un acercamiento al patrimonio cultural de la ciudad, con visitas a sus museos, el legado de Goya, la arquitectura mudéjar o su vibrante oferta gastronómica. Desde tapas en El Tubo hasta cócteles de autor en locales de vanguardia, la capital aragonesa amplía así su perfil como destino competitivo para el viajero gastronómico y cultural.