Vigilantes del mar: cinco faros que brillan en las costas de España

Belleza, historia y vistas panorámicas desde cinco faros españoles

Desde la costa atlántica hasta el Mediterráneo, los faros de España han guiado a navegantes durante siglos y hoy en día se han convertido en auténticos atractivos turísticos. Estas estructuras no solo destacan por su función marítima, sino también por su valor histórico, arquitectónico y paisajístico. Entre los más emblemáticos se encuentra la Torre de Hércules (A Coruña), el faro romano más antiguo en funcionamiento y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se estima que fue construido en la segunda mitad del siglo I o principios del siglo II, y ofrece una panorámica espectacular del océano Atlántico. En el Mediterráneo, el Faro de Formentor (Mallorca) ofrece una de las vistas más impresionantes de la isla. Ubicado en un acantilado de más de 200 metros de altura, es un destino imprescindible para quienes recorren la Sierra de Tramontana. Este faro inaugurado en 1863 es uno de los más antiguos.

Vista panorámica del famoso Arrecife de las Sirenas con el Faro de Cabo de Gata (Almería, España) al fondo
Vista panorámica del famoso Arrecife de las Sirenas con el Faro de Cabo de Gata (Almería, España) al fondo © Shutterstock

Muchos faros han sido restaurados para ofrecer experiencias únicas. Algunos, como el Faro de Cabo de Gata (Almería), ubicado en el corazón del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, se han convertido en puntos de referencia para el buceo, gracias a la riqueza de su entorno marino. Desde este punto es posible ver el famoso Arrecife de las Sirenas donde en la antigüedad vivían las focas monje que los marineros confundían con criaturas mitológicas. El Faro de Chipiona, situado en la provincia de Cádiz, es el más alto de España con 69 metros y uno de los mayores de Europa. Se puede subir hasta la claraboya, aunque hay que superar 244 escalones. Construido en 1867, a sus pies se unen las aguas del Guadalquivir y las del Atlántico. El Faro de Maspalomas, en Gran Canaria, se encuentra rodeado por las famosas dunas de Maspalomas. Este emblemático símbolo costero, que tiene 55 metros de altura y se encendió por primera vez en 1890, cuando fue inaugurado orientaba a los navegantes que cubrían las rutas entre Europa y América. Aunque su torre continúa en funcionamiento, es posible visitar el interior del faro.