Siete escapadas de nieve para disfrutar España de norte a sur
De Granada al Pirineo, enclaves con nieve, esquí y ocio para todos los públicos
El turismo de nieve en España ha ganado fuerza en los últimos años gracias a una oferta que combina estaciones modernas, pueblos con encanto y paisajes espectaculares. De norte a sur se encuentran destinos que conjugan tradición y modernidad, deporte y cultura, aventura y descanso. Desde Sierra Nevada hasta los valles pirenaicos, pasando por Galicia, León, Asturias y Madrid, el invierno despliega oportunidades únicas para disfrutar del turismo blanco. Sierra Nevada, Andalucía. Con más de 100 kilómetros practicables y una cota máxima de 3.300 metros, Sierra Nevada es la estación más meridional de toda Europa. Sus pistas nocturnas, las zonas más familiares como la Pista del Mar y el parque Mirlo Blanco, y su cercanía a Granada la convierten en un clásico del invierno. Desde la Alhambra se contemplan las montañas nevadas, un contraste singular en el país. Baqueira-Beret, Cataluña. En el Val d’Aran, ofrece 167 kilómetros de pistas y una de las infraestructuras más completas de los Pirineos. Con parques infantiles como Baqueira 1800 y espacios como el Funpark, la pista resulta atractiva tanto para familias como para expertos. Su entorno suma iglesias románicas, rutas de montaña y una gastronomía destacada, que enriquecen la experiencia.

San Isidro, Castilla y León. En la Cordillera Cantábrica, esta estación dispone de 30 kilómetros esquiables y una ubicación privilegiada en el Parque Regional de los Picos de Europa. Es una de las más veteranas de la región y mantiene un carácter familiar debido a su guardería y zonas de ocio infantil. Sus cotas, que rondan los 2.000 metros, garantizan nieve durante buena parte del invierno. Manzaneda, Galicia. La estación Cabeza de Manzaneda, en Ourense, se alza a 1.800 metros y es la única de Galicia. Ofrece pistas junto a actividades como trineos, raquetas de nieve o parques multiaventura, ideales para quienes buscan variedad. Su localización, a menos de dos horas de Ourense o Lugo, la hace perfecta para escapadas familiares. Candanchú, Aragón. Se trata de la estación de esquí más antigua de España y un referente del Pirineo aragonés. Sus 50 kilómetros de pista pueden adaptar a todos los niveles, con especial reconocimiento a su área para los debutantes. Ofrece rutas de esquí nórdico y paisajes de un gran valor natural. Su cercanía a Astún o Formigal permite ampliar la experiencia.

Valdesquí, Madrid. A 1.860 metros de altitud, en plena Sierra de Guadarrama, Valdesquí es la mayor estación de esquí de la comunidad, con 22 kilómetros de pistas. Su proximidad a la capital, a 70 kilómetros, la convierte en la escapada blanca preferida de los madrileños. Desde sus pistas se aprecian el macizo de Peñalara y el valle del Lozoya. Valgrande-Pajares, Asturias. Fundada en 1954, esta estación de la Cordillera Cantábrica ofrece 21 kilómetros esquiables y un entorno único para la práctica de este deporte. Ha sido modernizada con remontes y servicios familiares, pero conserva su carácter tradicional. Sus pistas se abren a los paisajes montañosos de Asturias, donde el esquí convive con un notable patrimonio natural.