Rutas para para recargar cuerpo y alma en la montaña leonesa

Itinerarios senderistas por cinco reservas de la biosfera por la Cantábrica Leonesa

En el norte de Castilla y León, la montaña leonesa ofrece un mosaico de rutas senderistas que atraviesan cinco Reservas de la Biosfera reconocidas por su valor natural y calidad paisajística. Entre cuevas, hoces, abedulares y conjuntos históricos, los senderos permiten adentrarse en territorios con identidad propia, donde el patrimonio geológico, etnográfico y forestal dialoga con la tradición ganadera y los pueblos de montaña, ofreciendo una propuesta turística basada en la movilidad lenta y el contacto con entornos rurales poco transformados. Los Argüellos: en la cabecera de los ríos Torío y Curueño, alberga formaciones geológicas como las Hoces de Vegacervera y la Cueva de Valporquero, con estalactitas y estalagmitas de gran valor paisajístico. En el valle del Curueño, la Cueva de Llamazares ofrece un recorrido accesible. Destaca la ruta de Matallana de Torío a Vegacervera, que atraviesa macizos calcáreos y conecta con puertos de montaña. Alto Bernesga: en los municipios de La Pola de Gordón y Villamanín, combina paisaje montañoso con legado minero. Entre hayedos y encinares, destaca la ruta del Pico Fontañán, con vestigios de la Guerra Civil, y el Faedo de Ciñera, un bosque de hayas centenarias. También sobresalen las hoces del Villar y la Colegiata de Santa María de Arbas del Puerto, joya del románico rural leonés.

Imagen del Faedo de Ciñera, reconocido como el bosque mejor conservado de España en el año 2007
Imagen del Faedo de Ciñera, reconocido como el bosque mejor conservado de España en el año 2007 © Shutterstock

Babia: en Cabrillanes y San Emiliano, destaca por sus cumbres, pastizales y el macizo de Ubiña. Su patrimonio incluye el Conjunto Histórico-Artístico de Riolago de Babia, con palacios y casas blasonadas. Es tierra de trashumancia y leyendas como la de Babieca, el caballo del Cid. Omaña y Luna: conecta paisajes atlánticos y mediterráneos a través de los ríos que dan nombre al territorio. Destaca la ruta de La Magdalena a Las Omañas, que atraviesa valles tradicionales como Riello, y el recorrido por los abedulares de Murias de Paredes. En el Valle de Luna, el itinerario hacia Riolago de Babia permite descubrir el sabinar de Mirantes de Luna, el más occidental de Europa.

La Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna tiene una superficie de 81.000 hectáreas y en su territorio se distribuyen un total de 86 localidades
La Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna tiene una superficie de 81.000 hectáreas y en su territorio se distribuyen un total de 86 localidades © Consorcio de Turismo de León

Laciana: al oeste de la Cordillera Cantábrica, combina paisaje montañoso, pasado minero y tradición ganadera. La ruta de Villablino a La Cuneta resume su esencia, con paradas como el Centro de Interpretación del Urogallo en Caboalles de Arriba y las Brañas. En Sosas de Laciana se conserva una antigua lechería hidráulica dedicada a la elaboración de mantequilla.