Laberintos de Cantabria: propuestas lúdicas para perderse en familia

Una oferta que combina juego, entorno natural y cultura local

En Cantabria, perderse entre setos, maizales o senderos poéticos se convierte en una experiencia turística singular, perfecta para quienes buscan propuestas diferenciadas en contacto con la naturaleza. Diseñados para distintos perfiles de visitantes, estos espacios fusionan creatividad, territorio y sostenibilidad con un enfoque lúdico. Tres laberintos son los que han surgido en distintos puntos de la región como nuevas propuestas de valor dentro del turismo regional. Concebidos para todos los públicos, convierten un simple paseo en un recorrido sensorial donde juego, entorno e identidad local se entrelazan. El Laberinto de Villapresente, en Reocín, destaca por su escala: con más de 5.600 metros cuadrados y cipreses de casi dos metros de altura, es el laberinto vegetal permanente más grande de España. Su trazado único, de más de un kilómetro, desafía la orientación del visitante y añade, en fechas señaladas, otras propuestas como recorridos nocturnos que aumentan el atractivo. Después de la visita, el entorno ofrece alternativas como pasear por Santillana del Mar, con su colegiata y casco histórico, o acercarse a localidades como Puente San Miguel y Quijas, todo en un radio de apenas 15 minutos.

El de Villapresente (Reocín, Cantabria) es el laberinto vegetal permanente más grande de España
El de Villapresente (Reocín, Cantabria) es el laberinto vegetal permanente más grande de España © Shutterstock

En la Hermandad de Campoo de Suso, el Laberinto de Tilde destaca por una experiencia distinta. Dentro de un jardín privado, su recorrido incluye esculturas y rincones de contemplación, en una apuesta por el arte y la emoción como eje de este viaje. Accesible y pensado para visitas en familia o en pareja, ofrece un enfoque educativo y sensorial. Además, la jornada puede completarse visitando el Castillo de Argüeso, las ermitas rupestres de Valderredible o el Centro de Interpretación del Monte Hijedo, que cuenta con una sala de escape educativa. En San Román de Cayón, la Granja La Flor ofrece un laberinto estacional entre maizales, rediseñado cada año. Integrado en una granja educativa, su recorrido se complementa con animales, talleres y juegos interactivos, en una experiencia ideal para un público familiar que busca actividades participativas en entornos rurales. En las inmediaciones se puede ampliar la experiencia con una visita al Parque de la Naturaleza de Cabárceno, el balneario de Puente Viesgo o las cuevas prehistóricas de Monte Castillo.

A solo 10 km. del laberinto Granja La Flor, se encuentra el Parque Natural de Cabárceno, que acoge más de 120 especies animales de los cinco continentes que viven en régimen de semilibertad
A solo 10 km. del laberinto Granja La Flor, se encuentra el Parque Natural de Cabárceno, que acoge más de 120 especies animales de los cinco continentes que viven en régimen de semilibertad © Shutterstock

Estos tres laberintos permiten además organizar rutas temáticas que conectan comarcas y recursos turísticos cercanos, fomentando el turismo de interior y alargando la estancia media del visitante.