Golden Hour: cinco lugares donde ver el atardecer en barco

Experiencias de navegación para contemplar atardeceres únicos

La demanda de experiencias sensoriales pensadas para la desconexión impulsa nuevas propuestas turísticas. Ver el atardecer desde el mar se consolida como una de las actividades más buscadas del verano, porque permite disfrutar de la naturaleza y el espectáculo marino lejos del bullicio de la playa. Nuestras costas ofrecen múltiples opciones para contemplar la puesta de sol, con el valor añadido de que hacerlo en barco aporta privacidad, flexibilidad en las rutas y unas vistas panorámicas. La plataforma Click and Boat destaca cinco enclaves: Cabo de Finisterre (A Coruña, Galicia) En la escarpada Costa da Morte, donde los romanos creyeron atisbar el final de la Tierra, Finisterre ofrece una puesta de sol sobre el Atlántico absolutamente cautivadora. A bordo de un velero o un barco pequeño, el sol se pierde tras un acantilado que se alza más de 140 metros sobre el océano. Además de su valor paisajístico, el lugar conserva un fuerte componente simbólico como punto final del Camino de Santiago para muchos peregrinos que prolongan su recorrido y mantienen tradiciones como encender hogueras o lanzar conchas al mar. Es Trenc (Mallorca, Islas Baleares) Frente a esta playa virgen de la costa sur mallorquina, el Mediterráneo despliega todo su esplendor. Desde el barco, se puede fondear para nadar en las aguas más cristalinas y practicar snorkel, antes de asistir al lento descenso del sol sobre un horizonte puro, sin edificaciones. Un entorno ideal para quienes buscan una experiencia íntima de desconexión, luz dorada y mar en estado puro.

La playa de Es Trenc (Mallorca, Islas Baleares), uno de los escenarios favoritos para ver el atardecer en un barco
La playa de Es Trenc (Mallorca, Islas Baleares), uno de los escenarios favoritos para ver el atardecer en un barco © Shutterstock

Cap Sa Sal (Girona, Cataluña) Este enclave, célebre por su dramático paisaje rocoso y su ambiente elegante, revela una faceta todavía más seductora desde el mar. Navegar en un velero o catamarán al caer la tarde permite contemplar cómo la luz se enciende en tonos rojizos sobre los acantilados. Una postal mediterránea que combina naturaleza agreste, calma marina y el encanto inconfundible de la Costa Brava. Ría de Arousa (Pontevedra, Galicia) La ría más grande de Galicia, que se extiende entre las provincias de A Coruña y Pontevedra, regala una experiencia sosegada, alejada de lo convencional. La navegación por sus aguas tranquilas permite admirar un mosaico de islas, bateas marisqueras y pueblos marineros. Cuando el sol cae, el reflejo dorado sobre la ría y enclaves como A Toxa o Cortegada transforma el paisaje en una escena íntima y mágica. Cala Comte (Ibiza, Islas Baleares) En la costa occidental de Ibiza, Cala Comte es célebre por sus aguas turquesas, ideales para practicar snorkel antes del crepúsculo, y porque brinda una de las puestas de sol más icónicas del Mediterráneo. Al llegar en barco, se disfruta del espectáculo desde un lugar privilegiado, alejado de las multitudes. La silueta de islotes cercanos como Sa Conillera completa un atardecer inolvidable desde la tranquilidad del mar.