La Costa Brava que pocos conocen: entre calas escondidas y pueblos medievales
Pueblos que destacan por su patrimonio, calma y riqueza natural
La Costa Brava (Cataluña), uno de los destinos más consolidados del litoral mediterráneo español, guarda rincones que prometen experiencias auténticas y serenas. Desde pueblos medievales con cascos antiguos amurallados hasta pequeñas localidades pesqueras rodeadas de paisajes naturales protegidos. Una ruta por estas cinco poblaciones permite vislumbrar un modelo turístico que se basa en la sostenibilidad, la identidad local y la valorización del territorio. Colera, al norte del litoral gerundense, conserva su carácter de pueblo costero clásico. Su centro adoquinado de casas blancas y ambiente relajado representan una alternativa al turismo más intensivo. Un perfil ideal para viajeros que buscan entornos tranquilos junto al mar. Port de la Selva ofrece una imagen complementaria: rodeado de colinas verdes y abierto a un paisaje marino de gran impacto visual, este pequeño municipio pesquero mantiene su esencia gracias a una oferta muy cuidada, centrada en la calma y el contacto con la naturaleza. Pals, con su casco antiguo medieval perfectamente conservado, propone una experiencia claramente patrimonial. La Torre de les Hores y su red de calles empedradas aporta un atractivo histórico que se complementa con su playa extensa, ideal para actividades de costa sin renunciar al valor cultural.

Sant Pere Pescador, destaca por su diversidad ambiental. La convivencia entre campos agrícolas, huertos frutales, puerto deportivo y el río Fluvià, situado junto al Parque Natural de Els Aiguamolls de l'Empordà, lo convierten en un enclave único para propuestas de turismo activo o educativo vinculadas al medio natural. Mont-ras se presenta como un refugio para quienes valoran la tranquilidad y el descanso. Alejada del bullicio, esta localidad mantiene un entorno mediterráneo sereno, convirtiéndola en un destino con potencial para propuestas de turismo de salud, slow travel o retiros.