Brihuega y sus campos de lavanda: un espectáculo de color y aroma
Un viaje sensorial gracias a la floración de la lavanda
Cada mes de julio, el término municipal de Brihuega en Guadalajara (Castilla-La Mancha) se convierte en un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia sensorial única. Sus campos de lavanda, con más de 1.000 hectáreas de cultivo, suponen el 10% de la producción mundial y ofrecen un espectáculo de color y aroma que atrae a miles de visitantes cada verano.
Un paisaje transformado por la lavanda
Brihuega fue pionera en España en el cultivo de lavanda hace 30 años. Desde entonces, la sustitución progresiva del cereal por esta planta ha cambiado el paisaje de la comarca. La floración, que varía según las condiciones climáticas de la primavera, alcanza su esplendor en julio, cuando los campos se tiñen de azul y violeta. El fenómeno turístico que acompaña a la floración es notable y cada año aumenta el número de personas que visitan la zona para recorrer los campos a pie, en bicicleta, en coche o incluso en globo aerostático.

Turismo en torno a la lavanda
Brihuega no solo ofrece la belleza de sus campos, sino también una programación especial durante el mes de julio. Mercados, visitas guiadas a destilerías, talleres y conciertos convierten a la localidad en un destino atractivo para el turismo cultural y experiencial. Entre los eventos más destacados, el Festival de la Lavanda, en honor a la nueva recolecta, tiene lugar cada año y ofrece conciertos en un entorno natural excepcional. Además, los campos de lavanda se pueden visitar por libre, ya que son campos abiertos, o con visita guiada, que tiene lugar los viernes, sábados y domingos del mes de julio, a las 19:00 y a las 20:30 horas.
Más allá de los campos de lavanda
La oferta turística de Brihuega va más allá de la lavanda. La localidad, conocida como El Jardín de la Alcarria, conserva su historia en monumentos como el castillo de la Piedra Bermeja, las Cuevas Árabes o la iglesia de Santa María de la Peña. También destacan la Real Fábrica de Paños y sus jardines de influencia “versallesca”. La gastronomía local se suma a la experiencia con tartas, licores y helados elaborados a base de lavanda, y también es posible encontrar productos de cuidado personal como aceites esenciales, jabones y cremas.